Venus Express se prepara para la entrada en la atmósfera de Venus
19 mayo 2014 – Tras ocho años en órbita, la nave de la ESA Venus Express ha completado las observaciones científicas de rutina y se prepara para una zambullida en la atmósfera hostil del planeta. Venus Express fue lanzada en una nave Soyuz–Fregat desde el cosmódromo ruso de Baikonur, en Kazajistan, el 9 de noviembre de 2005, y llegó a Venus el 11 de abril de 2006.
Durante estos años la sonda ha permanecido en una órbita muy elíptica en torno al planeta, que la lleva hasta a 66.000 Km sobre el polo Sur en su punto más alejado -lo que le ha permitido obtener impresionantes vistas globales-, y a solo 250 Km sobre el polo Norte, cerca de las capas superiores de la atmósfera del planeta.
Gracias a sus siete instrumentos la nave ha proporcionado un completo estudio de la ionosfera, la atmósfera y la superficie de Venus.
“Venus Express nos ha mostrado la gran variabilidad de este planeta a corto y largo plazo, y también nos ha dado pistas sobre como ha cambiado desde que se formó hace 4.600 millones de años” dice Håkan Svedhem, el jefe científico de la misión, de la ESA. “Esta información nos ayuda a descifrar qué hizo que Venus y la Tierra acabaran siendo tan diferentes, pero también hemos advertido que comparten algunas características”
¿Separadas desde el nacimiento?
La temperatura de la superficie de Venus supera los 450°C, muy superior a la de un horno normal de cocina. Es además enormemente densa, y los gases que la componen son tóxicos para nosotros. Pero el análisis químico de la superficie rocosa realizado por los detectores infrarrojos de la misión han revelado que Venus podría haber tenido en el pasado un sistemas de placas tectónicas como el que tiene hoy la Tierra, e incluso un océano de agua.
Al igual que la Tierra, Venus está perdiendo partes de su atmósfera superior al espacio. En concreto, Venus Express ha detectado que escapan al espacio el doble de átomos de hidrógeno que de oxígeno. Dado que la molécula de agua esta compuesta por dos átomos de hidrógeno y uno de oxígeno, las observaciones indican que en la atmósfera se está produciendo desintegración de agua.
Hoy en día hay 100.000 veces más agua en la Tierra que en Venus. Pero ambos planetas son alrededor del mismo tamaño y se formaron en la misma época, así que los dos deben haber tenido aproximadamente la misma cantidad de agua en las etapas tempranas de su formación.
La sonda también ha observado con gran detalle la parte alta de las nubes, a unos 70 km de altitud sobre la superficie del planeta. Eso incluye un vórtice gigantesco que gira sobre el polo Sur, y que guarda cierto parecido con los huracanes terrestres. La nave ha detectado también -por su firma electromagnética- rayos generados en nubes de ácido sulfúrico.
La atmósfera de Venus da una vuelta completa al planeta en solo cuatro días, mientras que este tarda 243 días en girar en torno a su eje. Venus Express ha estudiado este fenómeno de la super-rotación de la atmósfera, revelando detalles sorprendentes. Un estudio mostró que las velocidades medias del viento habían pasado de unos 300 km/h a 400 km/h en solo seis años terrestres.
Por otra parte, otro trabajo halló que la rotación del planeta se ha ralentizado en 6.5 minutos desde que lo midiera la misión Magallanes, de la NASA, que permaneció cinco años en Venus hace dos décadas.
Aún no se sabe, no obstante, si hay una relación entre la velocidad cada vez mayor de los vientos y la rotación que se ralentiza.
El radar de la nave Magallanes mostró una superficie muy alterada por erupciones volcánicas pasadas. Venus Express, además, ha hallado indicios de que el planeta aún podría ser geológicamente activo en la actualidad. Un estudio encontró abundantes ríos de lava que podrían haber sido formado hace no más de 2,5 millones de años, y quizás incluso mucho más recientemente.
De hecho, las mediciones de dióxido de azufre en la atmósfera superior han producido resultados muy variables a lo largo de la misión. Aunque algunos procesos de circulación atmosférica podrían producir resultados similares, este es el argumento más convincente hasta ahora de la existencia de un volcanismo activo en el presente.
El canto del cisne
Ahora, tras ocho años en órbita, el combustible necesario para mantener la órbita elíptica está a punto de agotarse. Por ello las operaciones científicas de rutina han concluido esta semana. Y la nave se prepara para una última tarea: lanzarse a la atmósfera de forma controlada, mucho más profundamente de lo que nunca se ha intentado.
“Ya habíamos llevado a cabo campañas cortas de ‘aerodrag’ en las que rozábamos las capas altas de la atmósfera, a unos 165 km, pero queremos profundizar más, hasta 130 Km o incluso más abajo”, dice Patrick Martin, jefe de misión de Venus Express. “Solo llevando a cabo operaciones atrevidas, como esta, podemos obtener datos nuevos acerca de regiones de la atmósfera por lo general inaccesibles, y también relativos a la reaspuesta de la nave y sus componentes en un entorno tan hostil”.
Esta fase de aerofrenado experimental está planeada para entre el 18 de junio y el 11 de julio. Durante la operación algunos instrumentos científicos podrán tomar datos, en concreto medidas del campo magnético, del viento solary de la composición atómica. Además, los sensores de temperatura y presión registrarán las condiciones a las que está siento sometida la nave.
“Esta campaña nos proporciona también la oportunidad de desarrollar y poner en práctica las operaciones técnicas necesarias para el aerofrenado, una experiencia muy valiosa de cara a futuras misiones planetarias”, señala Paolo Ferri, jefe de operaciones de la misión.
El aerofrenado puede ser una manera de colocarse en órbita de otros planetas sin necesidad de llevar grandes cantidades de combustible.
Es posible que el combustible de Venus Express se agote durante esta fase, o que la nave no sobreviva estas arrisgadas operaciones. Pero si aún sigue funcionando correctamente su órbita se elevará de nuevo y las operaciones, limitadas, proseguirán durante varios meses más, si el combustible no se agota antes.
En cualquier caso a finales de año es probable que Venus Express haya completado su descenso final a la atmósfera del planeta, dando así por finalizado un magnífico logro científico.
“Venus Express ha profundizado en los misterios de este planeta envuelto en una densa y opaca atmósfera mucho más de lo que soñábamos, y sin duda seguirá sorprendiéndonos hasta el último minuto”, añade Håkan.
Más información sobre Venus
Venus es el segundo planeta del Sistema Solar en orden de distancia desde el Sol, y el tercero en cuanto a tamaño, de menor a mayor. Recibe su nombre en honor a Venus, la diosa romana del amor. Se trata de un planeta de tipo rocoso y terrestre, llamado con frecuencia el planeta hermano de la Tierra, ya que ambos son similares en cuanto a tamaño, masa y composición, aunque totalmente diferentes en cuestiones térmicas y atmosféricas. La órbita de Venus es una elipse con una excentricidad de menos del 1%, formando la órbita más circular de todos los planetas; apenas supera la de Neptuno. Su presión atmosférica es 90 veces superior a la terrestre; es por tanto la mayor presión atmosférica de todos los planetas rocosos.
A pesar de no estar más cerca del Sol que Mercurio, Venus posee la atmósfera más caliente, pues ésta atrapa mucho más calor del Sol, debido a que está compuesta principalmente por gases de invernadero, como el dióxido de carbono. Este planeta además posee el día más largo del sistema solar: 243 días terrestres, y su movimiento es dextrógiro, es decir, gira en el sentido de las manecillas del reloj, contrario al movimiento de los otros planetas. Por ello, en un día venusiano el sol sale por el Oeste y se oculta por el Este. Sus nubes, sin embargo, pueden dar la vuelta al planeta en cuatro días. De hecho, hace muchos años, antes de estudiar el planeta enviando a su superficie naves no tripuladas y estudiar su superficie con radar, se pensaba que el período de rotación de Venus era de unos cuatro días.
Al encontrarse Venus más cercano al Sol que la Tierra (es un planeta interior), siempre se puede encontrar en las inmediaciones del Sol (su mayor elongación es de 47,8°), por lo que desde la Tierra se puede ver sólo durante unas pocas horas antes del orto (salida del Sol), en unos determinados meses del año, o también durante unas pocas horas después del ocaso (puesta del Sol), en el resto del año. A pesar de ello, cuando Venus es más brillante, puede ser visto durante el día, siendo uno de los tres únicos cuerpos celestes que pueden ser vistos de día a simple vista, además de la Luna y el Sol. Venus es normalmente conocido como la estrella de la mañana (Lucero del Alba) o la estrella de la tarde (Lucero Vespertino) y, cuando es visible en el cielo nocturno, es el segundo objeto más brillante del firmamento, tras la Luna.
Por este motivo, Venus debió ser ya conocido desde los tiempos prehistóricos. Sus movimientos en el cielo eran conocidos por la mayoría de las antiguas civilizaciones, adquiriendo importancia en casi todas las interpretaciones astrológicas del movimiento planetario. En particular, la civilización maya elaboró un calendario religioso basado en los ciclos astronómicos, incluyendo los ciclos de Venus. El símbolo del planeta Venus es una representación estilizada del espejo de la diosa Venus: un círculo con una pequeña cruz debajo, utilizado también hoy para denotar el sexo femenino.
Los adjetivos venusiano/a, venusino/a y venéreo/a (poéticamente) son usados para denotar las características habitualmente atribuidas a Venus-Afrodita. El adjetivo venéreo suele asociarse a las enfermedades de transmisión sexual. Es junto a la Tierra (diosa Gea de la antigüedad) el único planeta del Sistema Solar con nombre femenino, aparte de dos de los planetas enanos, Ceres y Eris.