Luis Bedoya aceptó su culpa en corrupción
Luis Bedoya entregará dineros y bienes y aceptó su culpa en los cargos por corrupción y conspiración para fraude electrónico.
El Departamento de Justicia de los Estados Unidos confirmó que el expresidente de la Federación Colombiana de Fútbol, Luis Bedoya, aceptó su culpa en dos cargos por corrupción y conspiración para fraude electrónico y se comprometió a entregar fondos depositados en su cuenta bancaria en Suiza y en otras cuentas en el mundo que posee el ex-dirigente del fútbol Colombiano. “Ciertos individuos y entidades empleados y asociados con esta entidad, incluyendo el acusado Luis Bedoya, juntos y con otros, conspiraron para usar su posición al interior de la organización para involucrarse en esquemas que incluyeron solicitud, oferta, aceptación, el pago y recepción de pagos no revelados e ilegales, sobornos y comisiones ilegales”, es lo que dice la investigación hecho público por la fiscal de Estados Unidos Loretta Lynch.
Los hechos de corrupción, según el Departamento de Justicia, habrían comenzado desde 1991. La acusación que fue hecha desde la Corte del Distrito Este de Nueva York dice que Luis Bedoya y sus socios violaron el título 18 en la sección 1962 (c) de EE.UU., que castiga la conducta y participación, directa o indirecta, que castiga el fraude para obtener fondos y que utilice instituciones financieras de su jurisdicción.
Según la Agencia de noticias Internacional EFE, la fiscal general de EEUU, Loretta Lynch, anunció hoy nuevas acusaciones de corrupción a 16 altos cargos y exdirectivos de la FIFA, máximo órgano de dirección del fútbol mundial, a los que responsabiliza de «abuso continuo» de su posición en el organismo para el enriquecimiento propio. Entre los acusados figura el expresidente de Honduras, Rafael Callejas, que gobernó el país centroamericano entre 1990 y 1994 y actualmente ejercía como miembro de la Comisión de Mercadotecnia y Televisión del organismo futbolístico, según el escrito de acusación del Gobierno estadounidense. «No contentos con secuestrar el deporte más popular del mundo por décadas con ganancias ilícitas, estos acusados trataron de institucionalizar su corrupción para asegurarse de que podían vivir de ella, no por el bien del juego, sino para su propio engrandecimiento personal y el aumento de su riqueza», dijo Lynch.