Aún desconocemos mucho del Covid-19
Seis meses después se desconocen muchos aspectos del Coronavirus
Desde el pasado diciembre del 2019 que llegaron desde Wuhan – China, las primeras informaciones sobre una neumonía de origen desconocido, que fue bautizada como Covid-19, y que comenzó a propagarse por toda China y luego a Europa, aún se desconocen muchos aspectos y se tienen muchas dudas sobre este virus que se ha tomado casi a todo el mundo y que lo único que se tiene claro es que tendremos que aprender a convivir con el virus por lo menos hasta que se tenga una vacuna y según los científicos antes de un año y medio no ocurrirá esto ya que se tienen que cumplir una serie de fases para obtener todas las garantías. Por ahora la mascarilla, el llamado distanciamiento social y el lavado de manos frecuente es la mejor arma de defensa.
El pasado viernes, la OMS recomendaba el uso de las mascarillas de tela, especialmente cuando no se puede garantizar el distanciamiento físico, como en el transporte público y ha publicado una guía sobre su uso, El organismo y su director general de la OMS, Tedros Adhanom Ghebreyesus, ha remarcado que las mascarillas no reemplazan al distanciamiento físico, la higiene de manos y a otras medidas de salud pública. En un estudio publicado en Nature el pasado abril se demostraba que las mascarillas bloquean cerca del 100% de las partículas de personas infectadas con gripe, rinovirus u otros coronavirus leves no obstante otros estudios aseguran que las mascarillas del tipo quirúrgicas impiden el paso de un 50% a un 80% de las partículas, mientras que las de tela bloquean del 10 al 30%. Estudios aparte, lo que parece evidente es que su uso es mejor que nada, y además evita el contacto de las manos con la cara.
El Covid-19 es una enfermedad con múltiples síntomas, lo que en principio parecía una enfermedad respiratoria que causa neumonía terminó siendo muy distinta según el paciente, seis meses después, los médicos saben que esta enfermedad no solo ataca a los pulmones, sino que también puede afectar al corazón, al cerebro, a los riñones y al hígado, se trata de una enfermedad multisistémica. Los primeros síntomas que se identificaron de la Covid son tos seca, dificultad respiratoria y fiebre, casos con dolores de garganta, escalofríos, dolor muscular, diarrea y náuseas, posteriormente se identificaron otros signos de la infección, como la pérdida del gusto y el olfato, y hay otros casos en los que la enfermedad se pasa de manera asintomática, sin que exista una respuesta todavía para ello.
A hoy existe un gran debate sobre la transmisión de la Covid a través de las superficies, con estudios que indican que el virus, en condiciones de laboratorio, podía sobrevivir hasta tres días en superficies como el plástico o el acero y unas 24 horas en el cartón. En este sentido, el director del Centro de Coordinación de Alertas y Emergencias Sanitarias de España, Fernando Simón, se ha mostrado cauto y explica que la ausencia de evidencia de un efecto no significa que no exista. Es un factor de riesgo menor, pero el efecto se ha demostrado en otras patologías similares y probablemente existe, por lo que, hasta que no se demuestre lo contrario, debemos continuar con prudencia y seguir investigando.
A hoy se desconoce si el calor podrá vencer el virus, Arnaldo Caruso, presidente de la Sociedad Italiana de Virología, afirma hace una semana que los rayos ultravioleta es uno de los posibles factores por los que la Covid-19 está perdiendo fuerza y es menos agresivo, pero que el clima cálido del verano no detendrá la pandemia. Lo único demostrado es que los rayos ultravioleta destruyen el virus en superficie, que en el agua del mar no sobrevive, y que el riesgo de transmisión por el aire es menor en el exterior que en espacios cerrados.
A hoy no se sabe cuánta carga viral se necesita para enfermar, tampoco se conoce cuántas partículas de este virus son suficientes para contraer la Covid, algunos expertos estiman que unas 1.000 partículas de Sars-CoV-2 son más que suficientes, pero no existe todavía una evidencia científica que lo demuestre. Lo que sí está constatado es que la exposición a un mayor número de partículas virales aumenta las probabilidades de infectarse y también de tener síntomas más graves. De ahí la importancia de evitar espacios cerrados abarrotados, utilizar mascarillas y lavarse con mucha frecuencia las manos.
Se desconoce por qué unas personas enferman gravemente y otras no, aún a hoy los científicos no han hallado una respuesta para explicar por qué algunas personas contagiadas de Covid desarrollan síntomas leves, mientras que otras contraen la enfermedad de manera grave y permanecen infectadas durante semanas. Algunos expertos apuntan a la respuesta inmune de cada paciente como la clave para determinar la gravedad de la infección. Esta función inmune disminuye con la edad, por lo que las personas que se encuentran entre los 70-79 años son los más vulnerables a infecciones graves y letales, así como aquellas personas que padecen enfermedades crónicas como hipertensión, diabetes o enfermedades cardiovasculares. A través de varios estudios se ha sabido también que los hombres tienen más probabilidades que las mujeres de enfermarse gravemente y morir.
Otra de las incógnitas es que seis meses después todavía no se ha logrado una explicación sólida en los niños y su transmisión del coronavirus. Lo único que sabemos es que enferman menos que los adultos, pero los científicos difieren en los motivos, unos aseguran que su incidencia es menor porque no han estado tan expuestos al virus al cerrarse las escuelas, otros sostienen que no se han realizado suficientes pruebas en ellos al presentar síntomas muy leves.
A día de hoy, se desconoce el tiempo que una persona que ha superado la Covid puede permanecer inmune ante futuras infecciones y cuántos anticuerpos debe desarrollar un paciente para tener esa inmunidad. Habrá que esperar a conocer los resultados de los numerosos estudios epidemiológicos que se han puesto en marcha en todo el mundo, lo que si coinciden todos los científicos y expertos de sanidad es que vamos a tener una segunda ola del virus, todos los expertos creen que sí. Una patología como Sars-CoV-2 puede estar más extendida y confundirse con otros síntomas respiratorios en otoño y la famosa hipótesis de la segunda ola está relacionada con esto, lo que desde un punto de vista técnico-científico es un hecho objetivo. Por lo tanto, con la llegada del otoño hay una posibilidad probable de una mayor propagación del coronavirus.