Continúa la purga en Turquía, se suspende a más de 15.000 funcionarios de Educación
La purga iniciada por las autoridades tras el fallido golpe de Estado del pasado viernes sigue en marcha. Este martes, el Ministerio de Educación ha suspendido de sus empleos a 15.200 funcionarios sospechosos de tener vínculos con las redes de simpatizantes del predicador exiliado Fethullah Gülen, al que se le atribuye la responsabilidad del intento de asonada militar. Asimismo, ha retirado la licencia a 21.000 profesores o maestros en instituciones de enseñanza privadas.
«A partir de hoy, 15.200 empleados públicos, tanto en los centros como en las provincias, han sido suspendidos del servicio y se inicia una investigación respecto a estas personas», reza el comunicado del ministerio, citado por la agencia semipública Anadolu. «Nuestro Ministerio ha llevado a cabo un trabajo respecto a los empleados públicos que estén vinculados a FETÖ» (las siglas con las que el Gobierno se refiere a las redes gülenistas), explica la nota.
Las siglas FETÖ describen las redes de simpatizantes de Fethullah Gülen, hasta 2013 aliado del Gobierno islamista y ahora considerado enemigo público número uno y responsable del golpe fallido, pese a que éste haya negado toda relación. El número de funcionarios suspendidos en Educación se añade a los 8.777 que fueron apartados del servicio por el Ministerio de Interior, la gran mayoría agentes de seguridad, y más de 2.500 en otros ministerios.
Asimismo, en las últimas horas la Organización Nacional de Inteligencia ha suspendido a un centenar de trabajadores, la mayoría de los cuales no eran agentes en activo, bajo la sospecha de que estarían vinculados con el golpe. Por otra parte, 257 trabajadores de la oficina del primer ministro también han sido apartados de su cargo por este mismo motivo, según fuentes de su equipo. Unas 2.600 personas trabajan en la oficina de Binali Yildirim.
También han sido apartados de sus cargos 492 trabajadores de la principal autoridad islámica del país por su presunta implicación en el golpe fallido y por supuestos vínculos «terroristas», según ha informado en un comunicado la Dirección de Asuntos Religiosos, que emplea a más de 100.000 personas. En total, desde el pasado viernes, han sido suspendidos de empleo a 49.337 trabajadores públicos o privados, según el cálculo realizado por el diario Hürriyet, uno de los más leídos de Turquía.
Las medidas excepcionales han llegado al punto de prohibir a todos los funcionarios que abandonen el país, a no ser que cuenten con permiso expreso de sus superiores, a ordenar a los trabajadores públicos que interrumpan sus vacaciones y regresen a sus puestos y a pedir la renuncia de todos los decanos de facultades turcas, tanto de las universidades públicas como de las privadas. Además, el Consejo Supremo de Radio y Televisión de Turquía (RTÜK) ha cancelado las licencias a «todas las emisoras de radio y televisión que hayan dado respaldo a los conspiradores golpistas», una medida que afecta a 24 medios vinculados al Gülen.
Además de la purga, este martes también han continuado las detenciones de supuestos militares golpistas. A los 6.000 arrestados en los últimos días, entre ellos un tercio de todos los generales de las Fuerzas Armadas, se han sumado los dos pilotos del caza que el pasado noviembre derribaron un avión de combate ruso que, asegura el Gobierno, entró en el espacio aéreo turco desde Siria.
Aquel incidente provocó una grave crisis diplomática con Rusia, pero Ankara siempre ha defendido que el derribo siguió las normas de combate y que la aeronave rusa entró en territorio turco pese a recibir repetidas advertencias. Ya el sábado, el alcalde de Ankara, Melih Gökçek, del partido gubernamental, AKP, cambió ese discurso y acusó a los pilotos de haber derribado el avión ruso para provocar una crisis con Moscú.
También ha sido arrestado Erkan Kivrak, que ocupaba el segundo puesto en la escala de asesores militares del presidente Recep Tayyip Erdogan, por detrás del coronel Ali Yazici, que fue detenido el domingo acusado también de golpismo. El Gobierno ha recibido también este martes el respaldo del partido ultranacionalista MHP para una eventual restauración de la pena de muerte, abolida definitivamente en 2004, una posibilidad abierta por Erdogan para castigar a los «traidores» que han participado en el golpe.