Políticas para tener una vida mejor. El Secretario de la Ocde Ángel Gurría, destaca y explica la importancia del proceso de Adhesión.

Colombia es un ejemplo de transformación exitosa a nivel mundial. En menos de dos décadas, este país se ha ganado el reconocimiento internacional como una de las economías más dinámicas de América Latina. Su proceso de paz le está llevando a superar los estragos de un conflicto interno que ha marcado profundamente a la sociedad colombiana.

Gracias a una serie de importantes reformas puestas en marcha desde la década de los 90 y a una gestión macroeconómica responsable, Colombia ha modernizado su economía y preparado al país para los desafíos del siglo XXI. Sus decisiones para liberalizar el comercio y la inversión extranjera le han permitido sacar gran provecho de sus recursos naturales, cosechando los beneficios de la creciente demanda global.

Por todo ello, Colombia es un país con un enorme potencial para contribuir de manera significativa al desarrollo de América Latina en el corto y mediano plazo.

En este contexto, los ministros de los 34 países de la Ocde tomaron el pasado mes de mayo la decisión de invitar a Colombia a comenzar el proceso de adhesión a nuestra Organización.

El objetivo de mi visita a Colombia es precisamente dar inicio oficial a este proceso junto con el presidente Santos. Este es un hecho de enorme relevancia, que rendirá frutos importantes tanto para Colombia como para la Ocde.

La Ocde tiene una experiencia de más de 50 años ayudando a los países a mejorar sus economías y bienestar social, recopilando evidencia basada en datos confiables, intercambiando mejores prácticas y elaborando estándares internacionales de creciente relevancia global.

Ahora nos preparamos para compartir esta experiencia con Colombia, para ayudarla a mejorar el marco de sus políticas públicas, la eficacia de sus instituciones y la calidad de sus servicios.

Al mismo tiempo, Colombia tiene mucho que aportar a la Ocde. Especialmente en campos como el gobierno electrónico, la simplificación administrativa, el transporte público verde, las tecnologías de control del tráfico o el desarrollo de sistemas de créditos para estudiantes, en los que Colombia se ha convertido en referencia regional y en algunos casos mundial.

Con 47 millones de personas y la tercera economía más grande de América Latina, las perspectivas de Colombia enriquecerán aún más el conocimiento de la Ocde en materia de desarrollo.

Los métodos de trabajo de la Ocde, donde los países son evaluados por sus pares y comparados sobre la misma base en diversas áreas de políticas públicas, constituyen una de las maneras más efectivas de mejorar nuestras economías y nuestras sociedades. Estoy seguro de que a lo largo del proceso de adhesión, Colombia aprovechará cada vez más estos instrumentos para abordar con éxito prioridades y desafíos compartidos: como la necesidad de reducir las desigualdades, elevar estándares en materia de educación y salud, optimizar el comercio y la inversión, fomentar la innovación, luchar contra la corrupción y mejorar los regímenes de empleo y los mercados laborales.

Este proceso de adhesión también puede ser un catalizador de reformas clave para el desarrollo de Colombia, como lo ha sido para otros países.

Durante su proceso de adhesión, Chile eliminó el secreto bancario, instauró la responsabilidad directa de las empresas en casos de soborno, emprendió importantes reformas de gobierno corporativo, y creó un ministerio del medioambiente.

La primera escala de la hoja de ruta de adhesión prevé que Colombia presente un memorándum con su posición respecto de los 250 instrumentos legales de la Ocde. Después, expertos de la Ocde viajarán a Colombia para realizar exámenes técnicos a fin de obtener mayor información y evaluar la consistencia de las políticas, prácticas y estándares de la Ocde.

Con base en ello formularemos recomendaciones sobre posibles reformas, y será Colombia la que decida qué medidas adoptar. Este proceso tomará su tiempo y esto es algo positivo. Porque es justo en este lapso en el que se construyen las bases para el buen funcionamiento de esta asociación.

Como se lo he dicho a los gobiernos de Chile, Israel y Rusia (otro país en proceso de adhesión a la Ocde), este es un proceso demasiado importante para ser urgente. Los tiempos dependerán de la capacidad de Colombia de adaptarse a los estándares de la Ocde a la velocidad que más convenga a su gobierno y a sus ciudadanos.

No me cabe duda de que Colombia conducirá este proceso con la seriedad, convicción y sabiduría que ha caracterizado su relación con la Ocde desde el momento en el que el presidente Santos, en su toma de posesión, declaró que el ingreso a esta Organización era una cuestión de Estado.

Con gran convicción, con gran emoción y con profundo compromiso, la Ocde está lista para acompañar a Colombia en este proceso.