Las Marchas de la Dignidad en España.
Cientos de personas pedirán un cambio radical en los políticos, la dimisión del gobierno en bloque, cuentan con el apoyo popular, es nuevamente la voz de los indignados.
«Está siendo un tute tremendo, pero lo tenemos que acabar, porque tenemos motivos y energías de sobra, y porque el apoyo popular y solidario es increíble». Es de nuevo la voz de los indignados. Ahora toca esfuerzo y kilómetros para conseguir un objetivo. Desde el pasado sábado 20 de febrero, cientos de ciudadanos de toda España emprendieron las llamadas Marchas de la dignidad: Seis columnas reivindicativas salidas de norte, sur, este y oeste del país, que confluirán el próximo sábado 22 en Madrid.
El objetivo de estas columnas de ciudadanos es exigir el final de las políticas «de austericidio» y de los recortes presupuestarios, así como forzar al Gobierno a que dimita en bloque. Desde el Noroeste, desde el Norte, desde el Nordeste, desde Valencia y Murcia, desde Andalucía y desde Extremadura, las marchas de la dignidad están llamadas a encontrarse en la madrileña estación de Atocha a las 17.00 horas, donde harán un último recorrido hasta la plaza de Colón. Pese a que cualquier persona está convocada para participar en estas protestas, los impulsores de las Marchas de la dignidad pertenecen a colectivos diversos y heterogéneos, como Ecologistas en Acción, las plataformas antidesahucios, el Sindicato Andaluz de Trabajadores (SAT), el partido Equo o el Frente Cívico del exlíder de Izquierda Unida, Julio Anguita, entre otras organizaciones.
Éstas son sus experiencias recorriendo España: Manuel Merino (columna de Extremadura) Para este miembro de Ecologistas en Acción Extremadura, las múltiples dificultades del largo recorrido al que se están enfrentando no son un impedimento, ni minan su ilusión. «Estamos emocionados a pesar de que algunos ayuntamientos nos están poniendo pegas. El otro día, en Valmojado (Toledo), un municipio gobernado por el PP, el consistorio nos quería impedir quedarnos, pero la presión popular nos ha permitido que hayamos podido disfrutar de unos barracones para descansar», explica Manuel, que salió desde Mérida.
Todos los días la compañía hace una media de unos 25 kilómetros. En su opinión, están bien organizados, lo que les facilita tener una logística más eficiente. También tienen sus rutinas: «Siempre que llegamos a una localidad celebramos una asamblea con los vecinos, donde nos dicen qué necesitan, por si les podemos ayudar. El otro día, en Talavera de la Reina, les ayudamos a ocupar un edificio en el que ahora vivien 9 familias. La primera ocupación de este municipio», cuenta orgulloso.