Furtivos mataron este año 57 elefantes de los 350 que quedan en Mali
Los cazadores furtivos mataron este año ilegalmente al menos 57 elefantes de los 350 que se cree quedaban en la región de Gourma, en el sureste de Mali, en la zona al sur del río Níger, informaron fuentes del Servicio de Aguas y Bosques.
Las fuentes dijeron que la caza del llamado «elefante de Gourma» o «elefante del desierto» se agudizó con la guerra de 2012 y la anarquía reinante en gran parte del país, y ha alcanzado este año proporciones preocupantes.
Asimismo, acusaron a los grupos yihadistas presentes sobre el terreno de complicidad con los cazadores furtivos, supuestamente por permitirles actuar a cambio de alguna contrapartida económica.
La región de Gourma pertenece al paisaje saheliano de Mali, algo más fértil que el desértico norte sahariano gracias al río Níger, que permite la vida de una masa de elefantes que habitan junto a la frontera con Níger.
Las fuentes subrayaron que la misma existencia del elefante de Gourma «se encuentra en peligro» si no se toman medidas inmediatas para evitar la acción de los furtivos y para proteger a los animales.
Durante los largos períodos de sequía, es frecuente ver a los elefantes caminar sobre las dunas o avanzar por las secas llanuras de Damaraland. Los estudios más recientes indican que estos elefantes del desierto pueden sobrevivir hasta tres o cuatro días sin agua y caminar una media de 70 kilómetros al día.
A menudo, cuando la situación es desesperada, los elefantes son capaces de localizar acuíferos bajo la arena y de cavar con sus trompas hasta acceder al agua. Entonces, la manada aprovecha para ingerir todo el líquido que les sea posible y reponer fuerzas para seguir adelante.